viernes, 10 de mayo de 2013

Caprichoso destino


Pero qué caprichoso es el destino,
Que me lleva, que me mece, para que tú me beses.
Y mientras yo me dejo llevar por el viento de tus intentos,
El tiempo pasa, como mi ilusión, porque el deseo me traspasa
Cuando tus manos se quedan a mitad de camino,
Y pierdo tu abrazo sin siquiera haberlo tenido.
Extraño tus ojos, los únicos motivos por los que me sonrojo.
Extraño tu voz, esa que debilita mi razón.
Extraño tus carcajadas, pase lo que pase.
Porque tu sonrisa siempre me pilla sin prisa
Y desarmada…
Extraño verte.
Aunque tú a mí no, aunque yo todo me lo invente.
Extraño verte.
Como el cubano que, aborrecido, anhela dejar la isla,
Y lo intenta,  lo intenta…pero no puede, siempre hay algo de ella
Que le hipnotiza, y no puede.
Como el rocío, que quiere ser gotas de lluvia, pero no puede,
Porque no cambiaría la noche y su brisa fresca, por nada del mundo.
Así me encuentro yo tantas veces,
Queriendo abandonar la tierra firme que supone para mí
Cuando te sientas ante mí.
Queriendo ser otra persona, con otra vida y otra mirada,
Que no se pare en la tuya, y enloquezca…porque yo contigo vuelo,
Pero a ciegas, sin saber nada.
Sólo que el destino es un capricho,
Que me conduce, siempre, a tus besos.

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